Raymond Carver: 3 obras destacadas del autor

Raymond Carver nació en Clatskanie, Oregon, Estados Unidos, el 25 de agosto de 1938, y murió el 2 de agosto de 1998 en Port Angeles. Su madre Ella Beatrice trabajaba ocasionalmente como camarera y su padre Clevie Raymond era leñador y pasaba su tiempo libre consumido en alcohol.
En 1941 la familia Carver se trasladó a vivir a Yakima, en Washington.

Después de terminar sus estudios en el instituto, a los diecinueve años de edad, Carver contrajo matrimonio con su novia embarazada Maryann Burk, con la que volvió a tener un segundo hijo pocos años después de su boda.

A partir de 1970, Carver comenzó una carrera itinerante enseñando en varias universidades mientras trataba de mantener a su familia y escribir sus propias obras. Empezó a tener problemas con el alcohol, una situación que se hizo insostenible en su vida, hasta que en 1977 logró dejar atrás el alcoholismo.

Fue un escritor cuyos relatos breves impusieron en su país un modelo narrativo denominado por la crítica «realismo sucio» , porque solo trataba temas cotidianos (sin nada heroico o excepcional) con un estilo seco y sin concesiones metafóricas.

Los personajes de sus relatos son pequeños seres atrapados en situaciones sórdidas de la vida corriente: gente sin empleo, abúlicos, perdedores por naturaleza, trabajadores pobres, caracteres nerviosos y grises. Sus escenarios son hogares donde los matrimonios se aman y se odian, o bares donde la existencia de los marginales y alcohólicos transcurre sórdidamente, o vecinos cuyas vidas se relacionan aleatoriamente, al estilo de Chejov, su maestro preferido.

Sus poemas parecen una extensión de sus cuentos en el sentido del prosaísmo, pero se abren más a un mundo lírico de objetos, sensaciones y paisajes.

Murió en plena madurez creativa, poco antes de cumplir los cincuenta años, a causa de un cáncer de pulmón.

3 obras destacadas del Raymond Carver


¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor? (1976)

¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor? (Carver, 1976)
¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor? (1976)

Su primer libro de relatos, que escribió y reescribió a lo largo de quince años y que le supuso la consagración inmediata. Raymond Carver renovó la forma del relato breve hasta darle proporciones de haiku y sin que esta utilización radical de la elipsis le haga perder ninguna fuerza. Todo lo contrario, los relatos de Carver poseen, quizá precisamente por su mismo carácter fragmentario, una inesperada capacidad de provocar una impresión fortísima, una indeleble conmoción.

Los dramas aparentemente más triviales, las catástrofes silenciosas de la gente más común: tal es el territorio en el que se mueven siempre los inquietantes relatos de Carver.


De qué hablamos cuando hablamos de amor (1981)

De qué hablamos cuando hablamos de amor (Carver, 1981)
De qué hablamos cuando hablamos de amor (1981)

Cuenta con diecisiete cuentos breves que retoman de forma irónica relatos sobre el amor; no retratan el cliché sino su antítesis: a veces, la absoluta soledad; a veces; la pérdida de seres queridos; y siempre la imposibilidad de comunicar que tiñe de tensión todos los relatos y la violencia, latente pero segura. En ese sentido, tal vez, los relatos signifiquen el amor en los últimos años de la Guerra Fría y también, en los inicios del tiempo posmoderno.


Catedral (1983)

Catedral (Carver, 1983)
Catedral (1983)

En cada relato de Catedral se revela la presencia latente o la intrusión de «terrores extraordinarios en una existencia ordinaria» (Cathleen Medwick).

El propio Carver ha escrito: «Pienso que es bueno que en un relato haya un leve aire de amenaza. Debe haber tensión, una sensación de que algo es inminente». Sus personajes son gente de lo más común: trabajadores manuales, empleados, parados, parejas a la deriva, desamparados, golpeados por la vida, muchos de ellos bebedores. Todos acceden, a muy a su pesar, a una suerte de dimensión heroica, tercos testimonios de una realidad implacable. 

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