Jean Rhys ha sido finalmente redescubierta como una de las grandes escritoras del siglo, como lo atestiguan la perfecciĂłn estilĂstica y la personalĂsima sensibilidad de Los tigres son más hermosos, su mejor volumen de cuentos. El tĂtulo -que corresponde a uno de los relatos- se escogiĂł en parte por la sensaciĂłn, que se desprende del libro, de que las personas respetables son tan feroces como los tigres… y, desde luego, menos hermosas; y, en parte, por el ácido humor del relato en cuestiĂłn, ya que a veces se pasa por alto que el humor está presente en buena parte de la obra de Jean Rhys, por triste, incluso sĂłrdido, que sea el tema. Jean Rhys escribe sobre los desplazados, los outsiders. En ninguna de estas historias hay un hogar, una familia; los personajes viven en hoteles, habitaciones o pisos alquilados, expatriados no se sabe bien de dĂłnde, precariamente, dependiendo de amigos imposibles. Sus vulnerables heroĂnas poseen una certera visiĂłn de la crueldad e hipocresĂa de la gente «corriente» y una aguda sensaciĂłn de «no pertenecer». Todo ello, sin embargo, escapando de los peligros de la autocompasiĂłn y con un humor que nunca derrapa hacia lo artificiosamente cĂłmico.


Los tigres son más hermosos
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Jean Rhys ha sido finalmente redescubierta como una de las grandes escritoras del siglo, como lo atestiguan la perfecciĂłn estilĂstica y la personalĂsima sensibilidad de Los tigres son más hermosos, su mejor volumen de cuentos. El tĂtulo -que corresponde a uno de los relatos- se escogiĂł en parte por la sensaciĂłn, que se desprende del libro, de que las personas respetables son tan feroces como los tigres… y, desde luego, menos hermosas; y, en parte, por el ácido humor del relato en cuestiĂłn, ya que a veces se pasa por alto que el humor está presente en buena parte de la obra de Jean Rhys, por triste, incluso sĂłrdido, que sea el tema. Jean Rhys escribe sobre los desplazados, los outsiders. En ninguna de estas historias hay un hogar, una familia; los personajes viven en hoteles, habitaciones o pisos alquilados, expatriados no se sabe bien de dĂłnde, precariamente, dependiendo de amigos imposibles. Sus vulnerables heroĂnas poseen una certera visiĂłn de la crueldad e hipocresĂa de la gente «corriente» y una aguda sensaciĂłn de «no pertenecer». Todo ello, sin embargo, escapando de los peligros de la autocompasiĂłn y con un humor que nunca derrapa hacia lo artificiosamente cĂłmico.
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