La Premio Nobel de Literatura 2015 Svetlana Alexiévich, «la voz de los sin voz», muestra en esta obra maestra una perspectiva de la guerra ignorada hasta el momento: la de las mujeres que combatieron en la segunda guerra mundial.
Casi un millĂłn de mujeres combatiĂł en las filas del EjĂ©rcito Rojo durante la segunda guerra mundial, pero su historia nunca ha sido contada. Este libro reĂșne los recuerdos de cientos de ellas, mujeres que fueron francotiradoras, condujeron tanques o trabajaron en hospitales de campaña. Su historia no es una historia de la guerra, ni de los combates, es la historia de hombres y mujeres en guerra.
ÂżQuĂ© les ocurriĂł? ÂżCĂłmo les transformĂł? ÂżDe quĂ© tenĂan miedo? ÂżCĂłmo era aprender a matar? Estas mujeres, la mayorĂa por primera vez en sus vidas, cuentan la parte no heroica de la guerra, a menudo ausente de los relatos de los veteranos. Hablan de la suciedad y del frĂo, del hambre y de la violencia sexual, de la angustia y de la sombra omnipresente de la muerte. AlexiĂ©vich deja que sus voces resuenen en este libro estremecedor, que pudo reescribir en 2002 para introducir los fragmentos tachados por la censura y material que no se habĂa atrevido a usar en la primera versiĂłn.
«[…] por su escritura polifĂłnica, que es un monumento al valor y al sufrimiento en nuestro tiempo.», palabras del Jurado de la Academia Sueca al otorgar a la autora el Premio Nobel de Literatura 2015.
«Soy historiadora de almas […]. Por un lado, estudio a la persona concreta que ha vivido en una Ă©poca concreta y ha participado en unos acontecimientos concretos; por otro lado, quierodiscernir en esa persona al ser humano eterno. La vibraciĂłn de eternidad. Lo que en Ă©l hay de inmutable.»
Svetlana Alexiévich
Reseñas:
«Gracias a Alexiévich, la historia de un millón de mujeres que participaron en el ejército soviético o como partisanas contra los alemanes es algo menos desconocida.»
Felipe SahagĂșn, El Cultural de El Mundo
«De la lectura de los libros de Alexiévich (Stanislaviv, 1948) no es posible salir indemne.»
Gabriel Albiac, ABC Cultural




