Paul Benjamin Auster es uno de los referentes literarios de Estados Unidos. Nacido en Nueva Jersey el 3 de febrero de 1947 en el seno de una familia judía de clase media. Su acercamiento a la literatura comenzó gracias a su tío, quien era traductor y tenía una amplia biblioteca, en ese momento, inició en la exploración literaria. Desde los 12 años comenzó a escribir.
Estudió en la universidad de Columbia, en Nueva York. Sus estudios se centraron en la literatura francesa, italiana e inglesa. Gracias a eso, comenzó a trabajar traduciendo autores franceses, en esa época viajó a París y vivió en la capital francesa durante un tiempo.
Su carrera comenzó en 1976 cuando escribió su primera novela sin demasiado éxito. Luego, la muerte de su padre le dio auxilio económico gracias a una herencia, lo que le permitió escribir su segunda novela. A partir de allí, su carrera fue en ascenso y tuvo publicaciones constantes que lo han hecho convertirse en una figura literaria.
La forma de escribir de Paul Auster puede parecer sencilla, en particular por su influencia de la poesía, todo esto, debido a su amplio conocimiento de poesía y su trabajo en ella que lo ha llevado a tomarla como referencia narrativa. Sin embargo, el trabajo de Auster va más allá, con recursos narrativos más complejos y profundos como la metaficción y las historias anidadas.
Paul Auster se ha caracterizado por no creer en la causalidad, su estilo se centra en narrar el azar y la contingencia. La metaliteratura es parte de sus recursos y también incluye referencias a sí mismo en sus obras.
3 libros destacados de Paul Auster
La trilogía de Nueva York (1985-1987)
Son tres novelas de Paul Auster, publicado entre 1985 y 1987. Representan una buena referencia para entender el estilo y el tono que tienen casi todas las historias de Auster. La primera novela, Ciudad de cristal, narra la historia de un escritor que se convierte en detective de una investigación real.
La segunda novela, Fanstamas, un detective tiene que seguir a un hombre que al parecer no hace nada especial ni interesante. Por último, La habitación cerrada, narra los eventos de un escritor que debe esclarecer lo sucedido con su amigo desaparecido.
En todas las novelas que conforman esta trilogía se muestra una historia que involucra detectives y misterios que deben ser resueltos con mucha astucia. Todos los personajes que protagonizan las novelas de Auster tienen características parecidas que, sin duda, es autorreferencial al autor.
El palacio de la luna (1989)
La novela que presenta Paul Auster tiene tres historias que parecen no relacionarse entre sí. La primera es la de Marco Stanley Fogg, quien ha vivido bajo el cuidado de su tío, este muere y él termina viviendo como vagabundo en Central Park, luego, es rescatado por un amigo de su época universitaria.
La segunda historia es la de Mr. Effing, un pintor afamado que viaja al Oeste, sufre un asalto y queda en medio del desierto. Después de pasar años desaparecido vuelve al mundo siendo otra persona. Por último, se muestra la historia de Solomon, un hombre sin mucho que ofrecer que busca construir una figura paterna durante toda su vida.
Por supuesto, Paul Auster hace que todas estas historias que parecen ajenas logren converger y reunirse en una sola novela. Es otra obra donde Auster trata el tema de la búsqueda de identidad, mostrando una prosa sencilla, atractiva y simple.
Leviatán (1992)
La historia comienza cuando un hombre fallece en una explicación y las autoridades no logran identificarlo. A partir de allí, Peter Aaron, el narrador de la historia presume que el hombre fallecido es su amigo Benjamin Sachs. Desde ese momento, comenzará la reconstrucción de los hechos en busca de averiguar qué pasó con Sachs.
Es una novela que tiene el sello de Auster por todos lados. Para comenzar, es una historia donde un hombre común se convierte en una especie de detective, todo esto, ambientado en Nueva York, mucho de lo que Auster siempre acostumbra narrar.
Por supuesto, se trata de una excelente novela con una prosa directa, ágil y sencilla que ata al lector a las páginas para averiguar cuál es el siguiente giro de la historia. De nuevo, Auster juega con el azar y las casualidades que les suceden a los personajes para darle vida a una novela de gran nivel.
