La literatura barcelonesa ha sido una gran representación de España a nivel internacional en la época reciente. Esto es gracias a la amplia gama de autores procedentes de la región que han adquirido fama en todo el mundo.
Una de las escritoras modernas que se incluye en este listado es Sònia Hernández, quien nace en la localidad de Terrassa en 1976, con una vida llena de letras y escritura por delante.
En su juventud, Hernández obtiene un doctorado en la carrera Filología Hispánica. A partir de ese momento, se da a conocer en el mundo del periodismo.
No obstante, la literatura siempre fue su primera pasión. Pero no es hasta el año 2006 cuando la autora decide publicar un poemario que tituló La casa del mar.
Desde aquel momento, construyó una gran trayectoria en el mundo de la literatura que la convirtió en una de las figuras más importantes del arte barcelonés de la actualidad.
Entre su trabajo literario encontramos poesía, relatos y novelas que incluyen toda clase de temáticas, lo que le ha permitido ganar una audiencia amplia tanto en España como en otros países.
Es por ello que la revista Granta la incluyó en su lista de los narradores jóvenes más destacados en español.
En tributo a la obra de Sònia Hernández, te traemos una publicación dedicada a los 3 escritos más notorios de la barcelonesa. Continúa leyendo para informarte con lo que necesitas.
3 libros destacados de Sònia Hernández
La mujer de Rapallo (2010)
Antes de publicar La mujer de Rapallo, su primera novela, Sònia Hernández ya estaba recibiendo aclamación crítica por su trabajo poético y sus relatos. Pero esta novela cambió el curso de su carrera.
La trama es complicada y llena de ambición, enfocada principalmente en la traición y culpa asociados al amor.
Hernández narra los sentimientos de los personajes de manera muy poética y específica, lo cual atrae a los lectores a esta historia.
Toca tópicos interesantes, como lo son la perfección en el arte y de la literatura como cura de la locura.
El estilo narrativo de Hernández confunde y sorprende al lector, creando intriga e impacto a través de los diversos giros en la trama presentes en La mujer de Rapallo.
Muchos expertos de la narración han catalogado a esta obra como un gran riesgo literario, en especial para la primera novela de un autor.
Aun así, esto le funcionó a Hernández a su favor, pues la hizo resaltar entre sus colegas novelistas como una escritora impredecible y sumamente interesante.
Los Pissimboni (2015)
Cinco años después del éxito que obtuvo con La mujer de Rapallo, la singular perspectiva literaria de Sònia Hernández regresa con Los Pissimboni, que se enfoca en una familia rechazada por su comunidad, alejados del pueblo.
La gran familia estaba formada por muchos hermanos, y la gente del pueblo desconocía si los padres seguían con vida, ni tampoco les interesaba.
Hernández plantea una historia muy diferente a su novela anterior, pero con una narrativa tan única y extraña como en La mujer de Rapallo, que al igual que esa obra, hace que destaque ante la audiencia.
La temática principal de Los Pissimboni presenta al concepto de libertad de manera metafórica, incluyendo elementos ficticios que se entremezclan con la realidad y permiten que la novela brille.
Esta novela ha recibido aclamación de otros famosos literarios, como por ejemplo el autor Enrique Vila-Matas, que la catalogó como fascinante.
Gracias a Los Pissimboni, Sònia Hernández obtuvo el lugar de finalista en el Premio de Narrativa Dulce Chacón.
El hombre que se creía Vicente Rojo (2017)
En 2017, la autora regresa con una obra diferente. Se enfoca en un personaje desmotivado de la vida, Berta, quien intenta hallar algo en lo que pueda encontrarle sentido a su realidad.
A su vida llega un hombre que se hace pasar por el notorio artista de México Vicente Rojo, comenzando un juego de cambios de identidad que le dificulta a la protagonista diferenciar entre lo real y lo ficticio.
Al igual que sus obras anteriores, Sònia Hernández sorprende al lector con metáforas peculiares que no se podrían esperar de ningún otro autor.
La crítica ha aclamado a El hombre que se creía Vicente Rojo, afirmando que se trata del balance perfecto entre intelecto y calidez emocional.