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nâEn 1984 Elena Quiroga se convertĂa en la primera novelista que se incorporaba a la Real Academia Españolaâ. Con estas palabras inaugura DarĂo Villanueva el prĂłlogo al primero de los tres volĂșmenes que la Biblioteca Castro acaba de publicar con la intenciĂłn de recuperar la figura de esta gran escritora gallega d e origen cĂĄntabro (Santander, 1921-A Coruña, 1995): una de las principales voces femeninas dentro de la narrativa española de los años 50. Tanto en Viento del Norte, ganadora del premio Nadal donde se rinde claro homenaje a Los pazos pardobazanianos, como en el resto de sus grandes novelas refleja Quiroga con maestrĂa la soledad e incomunicaciĂłn de muchos de sus profundos personajes. De esta manera queda reflejado en Algo pasa en la calle, indudable precedente de Las cinco horas con Mario de Delibes en la que establece un rico juego de perspectivas en torno a la figura del ausente Ventura, o a travĂ©s del individuo inadaptado que se desenvuelve en el escenario taurino de La Ășltima corrida. Tristura y Escribo tu nombre, obras ya de los años sesenta se insertan dentro de un proyecto autobiogrĂĄfico en el que el lector es testigo del madurar de Tadea, la niña solitaria y arisca que pasa del ambiente hostil de la casa familiar santanderina al internado de monjas del que saldrĂĄ ya en plena adolescencia. Paisaje Ăntimo que, inevitablemente, nos trae a la memoria otros personajes inolvidables de coetĂĄneas de Quiroga como Laforet o Matute.
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nâEn 1984 Elena Quiroga se convertĂa en la primera novelista que se incorporaba a la Real Academia Españolaâ. Con estas palabras inaugura DarĂo Villanueva el prĂłlogo al primero de los tres volĂșmenes que la Biblioteca Castro acaba de publicar con la intenciĂłn de recuperar la figura de esta gran escritora gallega d e origen cĂĄntabro (Santander, 1921-A Coruña, 1995): una de las principales voces femeninas dentro de la narrativa española de los años 50. Tanto en Viento del Norte, ganadora del premio Nadal donde se rinde claro homenaje a Los pazos pardobazanianos, como en el resto de sus grandes novelas refleja Quiroga con maestrĂa la soledad e incomunicaciĂłn de muchos de sus profundos personajes. De esta manera queda reflejado en Algo pasa en la calle, indudable precedente de Las cinco horas con Mario de Delibes en la que establece un rico juego de perspectivas en torno a la figura del ausente Ventura, o a travĂ©s del individuo inadaptado que se desenvuelve en el escenario taurino de La Ășltima corrida. Tristura y Escribo tu nombre, obras ya de los años sesenta se insertan dentro de un proyecto autobiogrĂĄfico en el que el lector es testigo del madurar de Tadea, la niña solitaria y arisca que pasa del ambiente hostil de la casa familiar santanderina al internado de monjas del que saldrĂĄ ya en plena adolescencia. Paisaje Ăntimo que, inevitablemente, nos trae a la memoria otros personajes inolvidables de coetĂĄneas de Quiroga como Laforet o Matute.
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