Un cadáver en el sótano

El Café Fireside, que ha pertenecido durante años a la familia de Tasha, es derruido y entre los escombros los obreros encuentran el cadávez de una mujer. La policía averigua que se trata de la madre de Tasha, que, cinco años antes, abandonó su hogar, tras una disputa con su marido. Inmediatamente el padre de la chica es acusado del asesinato y conducido a prisión. Tasha no puede hacerse a la idea de que sea culpable y decide investigar los hechos, ayudada por su amigo Jace. Investigando el rastro de las distintas personas que durante esa época trabajaban en el café, encuentran oculto en una granja abandonada al administrador, que no está muerto, como su hija había hecho creer a todo el mundo. Precisamente el anciano está escondido porque fue testigo de cómo un gángster, amigo del actual socio del padre de Tasha, mataba a la madre de la chica. Su confesión sirve para que el padre de Tasha salga definitivamente de la cárcel.