Tras la niebla

«El coche se levantó de la parte delantera de forma inesperada y comenzó a dar vueltas de campana incesantemente hasta que todo se tornó turbio, nebuloso y oscuro. Escuché un susurro, una voz… Me decía que todo iría bien».
Estuve noche tras noche tendida en una cama como un ser inerte a causa de un extraño accidente bajo un profundo estado de coma. Hasta que súbitamente un día desperté.
Padecía una amnesia que me impedía recordar todo lo que había sucedido en mi vida. Sin un nombre que recordar, sin familia; sin nadie a quién poder acudir.