«No sé muy bien qué sea el amor, pero de lo que sà estoy convencido es de que es algo muy distinto al sexo y a la reproducción, con los que lo confunde mi vecino. El amor es puro; el sexo, entretenido y sano; y la reproducción, criminal.»
Peroratas resume el ideario de Fernando Vallejo, sus amores y sus animadversiones, su visión de la vida y la moral, que él mismo condensa en dos mandamientos: «Uno: no te reproduzcas que la vida es un horror e imponerla el crimen måximo. Dos: los animales de sistema nervioso complejo, y ante todo los que el hombre domesticó, también son nuestro prójimo».
El futuro incierto de los libros en nuestra era digital, los atentados contra la lengua española, las vejaciones a los animales, los crĂmenes de las religiones, la plaga de la clase polĂtica, la destrucciĂłn del planeta, y a la vez su amor por este idioma, su deslumbramiento ante la desmesura de la realidad colombiana y su bĂșsqueda de la verdad y la justicia son los grandes temas de esta obra. Vallejo sacude las conciencias con un estilo tan cautivador como brutal, en el que el lector conocerĂĄ la voz inolvidable de sus novelas.
«Y las letras, la literatura, ¿ésas quĂ©? TambiĂ©n vamos a salir de ellas no bien desaparezca el libro. Lo Ășnico verdaderamente importante para el hombre es la alimentaciĂłn y la cĂłpula. O mejor dicho, la alimentaciĂłn para la cĂłpula, pues el hombre en esencia no vive para comer sino que come para lo otro. El bĂpedo humano tiene grabado el sexo en las neuronas con que nace. Y no desde el Pithecanthropus, que es recientĂsimo. No. Desde hace seiscientos millones de años, que es cuando aparecieron las especies que se reproducen por el sexo, de las que surgimos.»




