Traducido a mĂĄs de una docena de lenguas, la crĂtica europea relaciona a Quim MonzĂł con Kafka, Borges y Rabelais. Desde MelocotĂłn de manzana, una selecciĂłn de sus dos primeros libros de cuentos, y La isla de Maians fue unĂĄnimemente valorado como una aportaciĂłn de primerĂsimo orden a la renovaciĂłn del panorama narrativo. En cada libro ha sabido aumentar la exigencia y el rigor, y ha generado, ademĂĄs, un enorme y desacostumbrado interĂ©s popular, como en El porquĂ© de las cosas y Guadalajara. Hoy, MonzĂł ha revisado esos libros -todos sus cuentos publicados hasta ahora, algunos de ellos inĂ©ditos en castellano-, aplicando esa misma exigencia y ese mismo rigor. El resultado es Ochenta y seis cuentos, que ha merecido el Premio Nacional de Literatura catalĂĄn y el premio Lletra d’Or, que se suman al premio de narrativa Ciudad de Barcelona y a los cuatro premios de la CrĂtica que otorga Serra d’Or, que fueron concedidos a los Ășltimos cuatro libros de este volumen.
«Monzó es un ejemplo de buen hacer literario que no renuncia a la libertad formal, la heterodoxia de opiniones o el sentido del humor, cualidades todas ellas de las que andan muy necesitadas nuestra cultura en general y nuestras letras en particular. En sus obras, como la galardonada Ochenta y seis cuentos, Monzó nos ha revelado cosas como la profunda expresividad de la onomatopeya, la incontestable lógica que a veces encierra lo absurdo y los recovecos de los sentimientos» (J.J. Navarro Arisa, El Mundo).
«MonzĂł desarrolla pequeñas series de cuentos que atraviesan varios libros. Al principio utilizaba la imagen cinematogrĂĄfica como espejo y metĂĄfora de la fragilidad de la consciencia («Un cine», «Muñecas rusas»). O se inspiraba en las situaciones tĂpicas de la pornografĂa: la seducciĂłn romĂĄntica a lo Walerian Borowczyk («Historia de un amor»), el encuentro en el tren («La dama salmĂłn», «Ferrocarril») o la lecciĂłn de piano («FilantropĂa del mobiliario»). Algunos cuentos abundan en la neurosis del orden y su reverso, el acto gratuito («El norte del sur», ‘To choose»). Los Ășltimos libros dedican atenciĂłn a la angustia del escritor profesionalizado («El secuestro», «La literatura») e incluyen parodias magistrales de cuentos y clĂĄsicos literarios como la bella durmiente («La bella durmiente»), la cenicienta («La monarquĂa») o la metamorfosis kafkiana («Gregor»), que son al mismo tiempo mitos modernos sobre el deseo, la infidelidad o el ascenso social» (JuliĂ Â Guillamon, La Vanguardia).




