eo Pulgamágica o la caza de leones en Oberfimmel, a pesar de su inquietante subtĂtulo, no, está protagonizado por ninguna fiera devoradora de niños desobedientes. Sus personajes son dos chicos, Kalle Schnappka y Achini Dudek, que, a despecho de sus nombres extraordinarios, se aburren soberanamente en el pueblo de Oberfimmel. Kalle es grande, fuerte y algo tonto; Dudek, pequeño, dĂ©bil y muy listo. Son amigos, y, justamente por eso, riñen a menudo, salvo cuando se ponen de acuerdo para odiar al maestro o quitar la piedra que frena un carromato de circo. Y cuando el carromato rueda barranca abajo, en la rodada desaparece la gran pulga Leo, la superestrella del circo. Desolados, los dueños escriben un cartel ofreciendo una recompensa a quien la halle. Pero las mismas manos que quitaron la piedra corrigen el cartel y transforman la pulga Leo en un leĂłn. Con ese juego de palabras, con esa mĂnima modificaciĂłn, muere el aburrimiento en Oberfimmel y culmina el juego entre lo desmesurado y lo pequeño con que Janosch, autor e ilustrador de más de cuarenta relatos infantiles, sabe captar en los primeros capĂtulos la atenciĂłn de un pĂşblico que disfruta tanto con escarabajos como con elefantes. A partir de ese momento, cuando todo el pueblo participa en la construcciĂłn de una trampa para el leĂłn, dos nuevos recursos atraen el interĂ©s: la reiteraciĂłn de un hecho gracioso -de uno en uno caen los propios habitantes de Oberfimmel en la trampa- y una alegre inconstancia en la hilaciĂłn de la trama -los atrapados no tienen mejor idea que construir una ciudad subterránea-. ReiteraciĂłn semejante a la obsesiĂłn que muestran los niños con un juego divertido, inconstancia parecida a aquella con la cual saltan a otro juego cuando el primero los aburre.


Leo pulgamágica o la caza de leones en oberfimmel
3,11 €
eo Pulgamágica o la caza de leones en Oberfimmel, a pesar de su inquietante subtĂtulo, no, está protagonizado por ninguna fiera devoradora de niños desobedientes. Sus personajes son dos chicos, Kalle Schnappka y Achini Dudek, que, a despecho de sus nombres extraordinarios, se aburren soberanamente en el pueblo de Oberfimmel. Kalle es grande, fuerte y algo tonto; Dudek, pequeño, dĂ©bil y muy listo. Son amigos, y, justamente por eso, riñen a menudo, salvo cuando se ponen de acuerdo para odiar al maestro o quitar la piedra que frena un carromato de circo. Y cuando el carromato rueda barranca abajo, en la rodada desaparece la gran pulga Leo, la superestrella del circo. Desolados, los dueños escriben un cartel ofreciendo una recompensa a quien la halle. Pero las mismas manos que quitaron la piedra corrigen el cartel y transforman la pulga Leo en un leĂłn. Con ese juego de palabras, con esa mĂnima modificaciĂłn, muere el aburrimiento en Oberfimmel y culmina el juego entre lo desmesurado y lo pequeño con que Janosch, autor e ilustrador de más de cuarenta relatos infantiles, sabe captar en los primeros capĂtulos la atenciĂłn de un pĂşblico que disfruta tanto con escarabajos como con elefantes. A partir de ese momento, cuando todo el pueblo participa en la construcciĂłn de una trampa para el leĂłn, dos nuevos recursos atraen el interĂ©s: la reiteraciĂłn de un hecho gracioso -de uno en uno caen los propios habitantes de Oberfimmel en la trampa- y una alegre inconstancia en la hilaciĂłn de la trama -los atrapados no tienen mejor idea que construir una ciudad subterránea-. ReiteraciĂłn semejante a la obsesiĂłn que muestran los niños con un juego divertido, inconstancia parecida a aquella con la cual saltan a otro juego cuando el primero los aburre.
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