Samuel Langhorne Clemens, mejor conocido bajo el seudónimo con el que firmó sus obras, Mark Twain, es uno de los nombres más conocidos al repasar la literatura estadounidense y americana en general.
La infancia de Mark Twain fue marcada por una educación muy limitada, solo asistió a la escolaridad pública y se vio en la necesidad de entrar en el mercado laboral a los 12 años tras la muerte de su padre. Sus primeros trabajos fueron en imprentas, lo que significó un acercamiento al mundo del periodismo y la literatura, desde ese momento, encontró su pasión y no se alejó de las letras.
Trabajó por las minas de diferentes zonas de Estados Unidos junto a su hermano, esto en busca de riqueza. Sin embargo, no lograron el éxito en la minería, pero las experiencias y anécdotas recopiladas le sirvieron para escribir obras con gran impacto y éxito literario.
Se caracterizó por tener obras llenas de humor. Tanto el pesimismo, como el humor y la amargura estaban expuestas en su obra, llenando de ironías los textos usando una prosa fácil de entender y fluida para cualquier lector.
Muchas de sus obras tienen una crítica social muy marcada, en las que usa un estilo satírico que busca mostrar los problemas de la sociedad norteamericana de aquel momento.
Se le conoce por tener obras simples, con una organización dramática y temporal bien marcada, oraciones sencillas que pasean al lector por una narrativa directa y fluida.
3 libros destacados de Mark Twain
Las aventuras de Tom Sawyer (1876)
En esta obra, la intención de Mark Twain es contarles a los lectores una parte de su infancia narrada con tintes de humor. El escenario es una pequeña ciudad a las orillas del río Mississippi. Tom, el protagonista, es un niño bastante inteligente y con mucha astucia que se niega a ir a la escuela.
La historia comienza cuando Tom y su amigo, Hucklebrry Finn, van al cementerio de la ciudad. En toda la obra se muestra a un Tom que siempre está en busca de salirse con la suya gracias a su ingenio. En general, es un buen reflejo de cómo vivían la mayoría de los niños en el sur de Estados Unidos durante el siglo XIX.
El humor es uno de los elementos más destacados de esta obra, Twain se encargó de contar las ocurrencias del protagonista con plena fluidez.
El príncipe y el mendigo (1882)
La historia narra la vida de Tom y Eduardo VI. El primero quiere convertirse en príncipe o al menos conocerlo, mientras que el segundo es el heredero al trono inglés. Al encontrarse, conocerse y darse cuenta que son idénticos, deciden intercambiar sus vidas. Entonces, la obra repasa cómo la vida de cada uno no es lo que el otro esperaba.
En gran medida, esta obra de Twain se puede ver como un cuento largo. Tiene varios hechos históricos en su narración y está ambientada en el siglo XVI, sin embargo, se centra en dos personajes infantiles y al final deja entrever una moraleja. Entonces, algunos críticos la han clasificado como un cuento largo más que una novela histórica.
También, la obra incluye una crítica a las sociedades monárquicas. Durante la obra se aprecia cómo el príncipe gasta más de lo que debería, lo que aumenta la deuda del país y genera problemas económicos. Así, Twain manifiesta su punto de vista acerca de este tema.
Las aventuras de Huckleberry Finn (1884)
Esta obra figura como una de las mejores en la colección de Mark Twain. Se puede ver como la continuación de Las aventuras de Tom Sawyer, ya que, los hechos que se narran en este libro tienen lugar cronológico justo después de la novela anteriormente nombrada.
La historia está narrada en primera persona desde la óptica de Huckleberry, lo que facilita que el lector genere empatía con las aventuras del niño. En esta novela, Mark Twain se encarga de hacer una crítica a la sociedad estadounidense de aquella época, manifestándose alrededor de temas como el racismo y la esclavitud.
En general, Twain presenta una obra que muestra una buena perspectiva del tema racial para aquel momento, contada desde la perspectiva de un niño.
