Luis Rosales estudió Derecho y Letras en Granada y Filología Románica en Madrid. Publica sus inicios en poesía en el año 1933, en la revista Los cuatro vientos. Con una serie de poemas de amor, demuestra la influencia de los poetas de la época dorada.
Inmediatamente después de la guerra, fue secretario de la revista El Escorial, dirigida por Dionisio Ridruejo. Su poesía encuentra su origen en esos años en el sentido del lenguaje barroco mezclando elementos surrealistas y simbólicos, adaptados a la temática religiosa (Sagrado Altar del Nacimiento de Dios, 1940).
Aunque Luis Rosales nunca renunció por completo a la poesía de su afirmación religiosa, su obra está en constante evolución, legado que se traduce en un desarrollo fuerte y único. En 1951 ganó el Premio Nacional de Poesía Rimada.
En ambas obras se percibe una aproximación del neorromántico; son poemas de carácter cercano y secreto, donde los motivos suelen ser cotidianos. Sin embargo, se caracterizan por descubrimientos rítmicos y un marcado interés por el lenguaje: el reloj es más libre y el lenguaje más familiar. En la década de 1970, su visión del mundo se volvió más negativa.
También dejó tras de sí una importante obra de ensayo literario, entre ellos el libro Cervantes y la libertad (1960), título de referencia en el campo de la investigación del pensamiento de Miguel de Cervantes, Sentimientos de desilusión de esperanza en la poesía barroca (1966) y Lírica española (1972). Recibió el Premio Cervantes de Literatura (1982) y desde 1962 es miembro de la Real Academia Española.
La poesía muestra un importante equilibrio y sencillez de expresión hasta llegar a los límites del lenguaje coloquial. Desde su primer trabajo, ha ido creciendo hacia la cercanía personal con gran serenidad. Es el líder visible de la Generación del 36, la Generación de la Guerra. Rosales es uno de los mejores escritores de lo que Dámaso Alonso llama poesía original.
Esto influyó en muchos escritores jóvenes de las siguientes generaciones. Reaccionó contra los excesos del neogongismo de ciertos poetas garcilasistas y pidió la vuelta a la sobriedad de los modelos clásicos.
Obras más importantes de Luis Rosales
Entre las obras literarias más importantes del escritor Luis Rosales destacan:
Abril (1935)
En las líneas señaladas por la Generación del 27, esta obra ofrece la novedad de un clasicismo elegante y una extensión del tema lírico, añadiendo un tema religioso al amor. Su poesía tiene sus raíces en experiencias personales religiosas y sentimentales.
El vigor juvenil y la frescura primaveral de esta obra confirman la reactivación de los estereotipos clásicos (románticos y sonetos), frente a los recursos gastados de las Vanguardias. Intente volver a la antigua espontaneidad expresiva de la tradición clásica.
La casa encendida (1949)
Esta es la obra maestra de Rosales. La voz del poeta parece ahora respirar hondo para cubrir una perspectiva narrativa: la alegría juvenil de los años universitarios, marcada por la alegría y la estrecha amistad; encuentro con María, la amante del poeta; los felices días de la infancia en Granada; nostalgia de los padres, hacia un cariño particular por la figura materna; etc.
Rimas (1951)
Representa el mayor logro de la poesía profunda: el recuerdo de los padres, el amor de una mujer, la infancia y muerte de un amigo y, finalmente, la fe religiosa. Por este trabajo recibió el Premio Nacional de Poesía.
