Adolfo Bioy Casares el nació el 15 de setiembre de 1914 en Buenos Aires. La expectativa de comenzar a leer y escribir es una marca imborrable que ha existido desde los albores de la historia. Lo que dijo el propio escritor en varios artículos sobre memoria y recuerdo.
Por su relato podemos saber que su gran triunfo y afamado éxito de los géneros literario, detectivesco y fantasioso, vino de su niñez, cuando contempló el cuento para niños Pinocho. Mientras tanto, de centenares de relatos, solo dos cuentos para niños se presentaron en su memoria.
Intentando encontrar en su auténtico personaje los impulsos que lo llevaron a un mundo de fantasías donde los niveles de objetividad y sueños se desorientan muchas veces. A partir de este momento, el escritor Adolfo Bioy también es muy consciente de la relación con sus padres.
Como hijo de una numerosa familia de ganaderos en Buenos Aires, heredó de su padre su nombre y su pasión por la literatura, además del rancho en Pardo, provincia de Buenos Aires, que había estado regentando por momentos con poco éxito desde 1935.
Por parte de su madre, es descendiente de Vicente L. Casares, fundador de la lechería La Martona y dueño de grandes campos en la zona de Cañuelas y Tandil, también en la pampa de Buenos Aires. Su madre se llama Marta Casares y el escritor recuerda su fascinación por el cine.
Por otro lado, en su Memorabilia, se dio cuenta de que fue su padre quien no solo corrigió sus primeros trabajos, sino que también lo ayudó a publicar su primer libro, Prólogo (1929) y también quien asumió el costo de su publicación en la imprenta Biblos. Un año antes, había escrito un cuento llamado Una vanidad aterradora.
Obras más importantes de Adolfo Bioy
La invención de Morel (1940)
En su preámbulo de 1940, Jorge Luis Borges, gran amigo de Bioy, calificó la obra como perfecta. La historia de un inventor anclado en una isla misteriosa presenta un giro extraordinario en las maquinaciones establecidas por cada rompecabezas, al tiempo que crea una alegoría sutil de un fenómeno que siempre merece los temores de los demás.
El sueño de los héroes (1954)
La novela está ambientada en un suburbio de Buenos Aires a fines de los años veinte del siglo pasado y traza el hilo de una serie de hechos decisivos en la vida del joven Emilio Gauna, que lo llevarán al trágico encuentro de los suyos. El dominio de Bioy convierte el carnaval en un ajetreo siniestro y el bullicio y la camaradería en una fachada siniestra.
El diario de la guerra del cerdo (1969)
En 1969 apareció esta ficción que exaspera hasta el punto de tensar un clima de época condensado, ética y estéticamente, en tres fenómenos emergentes: el movimiento hippie, los Beatles y el mayo francés de 1968. Los cerdos, en las páginas de Bioy, son las personas mayores, contra los que los jóvenes hacen una guerra sin piedad. En la posición ambigua de algunos cerdos, que odian la vejez tanto como los imberbes, reside el poder de la metáfora.