Con treinta y siete años y una figura que no se ajusta a los cånones de belleza, Christine tiene pocas esperanzas de encontrar al hombre con quien compartir su futuro.
Lo que no sabe es que Dios ha vuelto a la tierra para entregarle unas simples reglas de vida acordes con nuestro tiempo, que harĂĄn de ella una mujer distinta y libre.
Aunque vista de chupa de cuero y cabalgue una Harley Davidson, en sus ojos se halla la sabidurĂa y en sus palabras sencillas descubrimos lo que siempre habĂamos sospechado: el camino hacia la felicidad empieza y acaba en nosotros mismos.
En los otros dos libros de este volumen, Joan Brady nos cuenta otras entrañables historias que nos vuelven a mostrar el verdadero secreto de la felicidad: que, en realidad, estå en nuestra mano alcanzarla.







