La figura de JosĂ© Luis de Vilallonga, marquĂ©s de Castellvell y Grande de España, resulta aparentemente conocida para el gran pĂșblico. Articulista notable, actor nada desdeñable y escritor de no escaso interĂ©s, podrĂa tenerse la sensaciĂłn de que lo que se sabe de Ă©l no es poco, en parte, por su apariciĂłn esporĂĄdica en las revistas del corazĂłn y, en parte, por los numerosos datos autobiogrĂĄficos que se entrelazan en algunas de sus mejores novelas. QuizĂĄ arrancando de ese punto de partida habrĂĄ quien haya pensado que un relato de la vida de Vilallonga realizado por Ă©l mismo no pasarĂa de ser una frivolidad dotada de escaso atractivo. La realidad, sin embargo, es que este primer volumen de sus memorias resulta de un notabilĂsimo interĂ©s no sĂłlo por lo que cuenta acerca de sĂ mismo y de su familia sino por lo que constituye de relato detallado y lleno de vida de una clase y de una Ă©poca hoy desaparecidas y antaño decisivas para la historia de España. A lo largo de un arco cronolĂłgico que va desde su nacimiento en 1920 hasta mediados de los años 50, cuando contrajo matrimonio con la inglesa Pip Scott-Ellis, Vilallonga traza un retrato de una aristocracia que sentĂa resquemores hacia un monarca como Alfonso XIII al que consideraba demasiado liberal; que en no pocos casos apoyĂł la dictadura de Primo de Rivera por considerarla una soluciĂłn ineludible a los problemas nacionales y que, horrorizada por la evoluciĂłn de la Segunda RepĂșblica, considerĂł que el alzamiento militar de julio de 1936 era un paso inevitable. Era una clase que, viviendo de «la renta de las rentas», podĂa gastar en el juego cifras fabulosas o que se complacĂa en acumular objetos de lujo por el mero placer de hacerlo. Vilallonga narra asĂ, por ejemplo, cĂłmo en los años 20 su madre podĂa perder 42.000 pesetas en dos noches de juego con una frialdad absoluta o cĂłmo su padre acumulĂł mĂĄs de doscientos pares de zapatos que los revolucionarios de 1936 robaron. La venganza de Vilallonga padre resultĂł terrible. FusilĂł por cada par de zapatos perdido a un miembro de las Brigadas Internacionales. Aunque totalmente convencida de la bondad del rĂ©gimen monĂĄrquico y apasionadamente centralista, se trataba de una aristocracia enfrentada en curiosas rivalidades regionales.
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nEl estallido de la guerra civil -que sorprendiĂł a no pocos de los aristĂłcratas en un dorado exilio- significĂł enfrentarse con una terrible realidad, la de que su tiempo habĂa pasado para verse preteridos ante el empuje de unas clases medias despreciadas e incluso temidas. No resulta extraño que su visiĂłn de las figuras mĂĄs relevantes en el bando alzado fuera negativa empezando por JosĂ© Antonio Primo de Rivera y concluyendo por el general Franco. Del primero pensaban que era un demagogo al que los obreros no seguirĂan nunca porque no se podĂa negar que se trataba de un señorito y del segundo les molestaba su tardanza en sumarse al alzamiento y su insistencia en mantener la lealtad a la RepĂșblica hasta el Ășltimo momento. Aunque Vilallonga considera crueles, injustos y errĂłneos los juicios de su madre relativos a buen nĂșmero de personajes relevantes (pĂĄg. 187), lo cierto es que resulta casi inevitable ver en ellos muestras de una agudeza notable.
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nEn este primer volumen de las memorias de Vilallonga -que, como su tĂtulo indica, tienen mucho de crudeza y dulzura- no se puede evitar el contemplar paralelos con el aristocrĂĄtico prĂncipe de Salina, el protagonista de El Gatopardo. Sin embargo, tambiĂ©n hay mĂĄs. Aparecen muestras de un aristocrĂĄtico sentido del humor como el manifestado por el padre del autor al señalar que existen cosas que una dama no hace jamĂĄs como, por ejemplo, enamorarse de un argentino. Se dan cita magnĂficos frescos costumbristas como el de esa Zaragoza en guerra convertida en «una inmensa casa de putas» (pĂĄg. 250) e incluso aparecen descripciones bĂ©licas comparables con las mejores del gĂ©nero como es el caso de la relacionada con el comportamiento del Cuerpo de Tropas voluntarias italianas en la batalla de Guadalajara. Escritas con un estilo ĂĄgil, directo e incluso brillante, estas pĂĄginas nos muestran al niño que padecĂa horror a atravesar el pasillo para llegar por la noche al cuarto de baño, al adolescente que aborrecĂa los colegios religiosos, al joven convertido en oficial de un ejĂ©rcito vencedor.
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nConcluida una guerra en la que no hubiera podido pertenecer al bando de los vencidos -los que destrozaron el hogar familiar en Cataluña- Vilallonga se transformĂł en un hombre cada vez mĂĄs asqueado del bando en el que combatiĂł durante años. No resulta extraño que fuera cada vez mayor su deseo de huir de una España con la que no se sentĂa identificado ni por tradiciĂłn, ni por educaciĂłn ni por sensibilidad. De aquella tesitura emergerĂa al menos triunfante en un aspecto. Al contrario de lo que esperaban sus padres no fue ni militar ni diplomĂĄtico. Siguiendo su propia voluntad se convirtiĂł en escritor. A la vista de estas jugosas memorias, fue una elecciĂłn mĂĄs que acertada.


La cruda y tierna verdad. memorias no autorizadas
5,99 €
La figura de JosĂ© Luis de Vilallonga, marquĂ©s de Castellvell y Grande de España, resulta aparentemente conocida para el gran pĂșblico. Articulista notable, actor nada desdeñable y escritor de no escaso interĂ©s, podrĂa tenerse la sensaciĂłn de que lo que se sabe de Ă©l no es poco, en parte, por su apariciĂłn esporĂĄdica en las revistas del corazĂłn y, en parte, por los numerosos datos autobiogrĂĄficos que se entrelazan en algunas de sus mejores novelas. QuizĂĄ arrancando de ese punto de partida habrĂĄ quien haya pensado que un relato de la vida de Vilallonga realizado por Ă©l mismo no pasarĂa de ser una frivolidad dotada de escaso atractivo. La realidad, sin embargo, es que este primer volumen de sus memorias resulta de un notabilĂsimo interĂ©s no sĂłlo por lo que cuenta acerca de sĂ mismo y de su familia sino por lo que constituye de relato detallado y lleno de vida de una clase y de una Ă©poca hoy desaparecidas y antaño decisivas para la historia de España. A lo largo de un arco cronolĂłgico que va desde su nacimiento en 1920 hasta mediados de los años 50, cuando contrajo matrimonio con la inglesa Pip Scott-Ellis, Vilallonga traza un retrato de una aristocracia que sentĂa resquemores hacia un monarca como Alfonso XIII al que consideraba demasiado liberal; que en no pocos casos apoyĂł la dictadura de Primo de Rivera por considerarla una soluciĂłn ineludible a los problemas nacionales y que, horrorizada por la evoluciĂłn de la Segunda RepĂșblica, considerĂł que el alzamiento militar de julio de 1936 era un paso inevitable. Era una clase que, viviendo de «la renta de las rentas», podĂa gastar en el juego cifras fabulosas o que se complacĂa en acumular objetos de lujo por el mero placer de hacerlo. Vilallonga narra asĂ, por ejemplo, cĂłmo en los años 20 su madre podĂa perder 42.000 pesetas en dos noches de juego con una frialdad absoluta o cĂłmo su padre acumulĂł mĂĄs de doscientos pares de zapatos que los revolucionarios de 1936 robaron. La venganza de Vilallonga padre resultĂł terrible. FusilĂł por cada par de zapatos perdido a un miembro de las Brigadas Internacionales. Aunque totalmente convencida de la bondad del rĂ©gimen monĂĄrquico y apasionadamente centralista, se trataba de una aristocracia enfrentada en curiosas rivalidades regionales.
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nEl estallido de la guerra civil -que sorprendiĂł a no pocos de los aristĂłcratas en un dorado exilio- significĂł enfrentarse con una terrible realidad, la de que su tiempo habĂa pasado para verse preteridos ante el empuje de unas clases medias despreciadas e incluso temidas. No resulta extraño que su visiĂłn de las figuras mĂĄs relevantes en el bando alzado fuera negativa empezando por JosĂ© Antonio Primo de Rivera y concluyendo por el general Franco. Del primero pensaban que era un demagogo al que los obreros no seguirĂan nunca porque no se podĂa negar que se trataba de un señorito y del segundo les molestaba su tardanza en sumarse al alzamiento y su insistencia en mantener la lealtad a la RepĂșblica hasta el Ășltimo momento. Aunque Vilallonga considera crueles, injustos y errĂłneos los juicios de su madre relativos a buen nĂșmero de personajes relevantes (pĂĄg. 187), lo cierto es que resulta casi inevitable ver en ellos muestras de una agudeza notable.
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nEn este primer volumen de las memorias de Vilallonga -que, como su tĂtulo indica, tienen mucho de crudeza y dulzura- no se puede evitar el contemplar paralelos con el aristocrĂĄtico prĂncipe de Salina, el protagonista de El Gatopardo. Sin embargo, tambiĂ©n hay mĂĄs. Aparecen muestras de un aristocrĂĄtico sentido del humor como el manifestado por el padre del autor al señalar que existen cosas que una dama no hace jamĂĄs como, por ejemplo, enamorarse de un argentino. Se dan cita magnĂficos frescos costumbristas como el de esa Zaragoza en guerra convertida en «una inmensa casa de putas» (pĂĄg. 250) e incluso aparecen descripciones bĂ©licas comparables con las mejores del gĂ©nero como es el caso de la relacionada con el comportamiento del Cuerpo de Tropas voluntarias italianas en la batalla de Guadalajara. Escritas con un estilo ĂĄgil, directo e incluso brillante, estas pĂĄginas nos muestran al niño que padecĂa horror a atravesar el pasillo para llegar por la noche al cuarto de baño, al adolescente que aborrecĂa los colegios religiosos, al joven convertido en oficial de un ejĂ©rcito vencedor.
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nConcluida una guerra en la que no hubiera podido pertenecer al bando de los vencidos -los que destrozaron el hogar familiar en Cataluña- Vilallonga se transformĂł en un hombre cada vez mĂĄs asqueado del bando en el que combatiĂł durante años. No resulta extraño que fuera cada vez mayor su deseo de huir de una España con la que no se sentĂa identificado ni por tradiciĂłn, ni por educaciĂłn ni por sensibilidad. De aquella tesitura emergerĂa al menos triunfante en un aspecto. Al contrario de lo que esperaban sus padres no fue ni militar ni diplomĂĄtico. Siguiendo su propia voluntad se convirtiĂł en escritor. A la vista de estas jugosas memorias, fue una elecciĂłn mĂĄs que acertada.
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| Autor | |
|---|---|
| Estado | Aceptable |
| NĂșmero de pĂĄginas | 536 |
| Editorial | Debolsillo |
| Idioma | |
| ISBN | 9788422684633 |





