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nUn desocupado y reconocido pintor recorre la campiña con su coche cuando descubre un aislado, silencioso y ascĂ©tico caserĂłn, un hotel edificado por un tal padre Gaetano en torno a una ermita, y decide hospedarse allĂ unos dĂas. Precisamente se albergan tambiĂ©n en el hotel, o se les espera en breve, un grupo de mujeres y algunos jerarcas de la polĂtica, de la industria, de la banca, la prensa y la Iglesia para meditar, a la manera de esos ejercicios espirituales a los que san Ignacio de Loyola definĂa como «el todo modo⊠para hallar la voluntad divina». Pero en ese ambiente pacĂfico se produce de pronto un asesinato: mientras rezan el rosario, un ex senador muere de un disparo. Evidentemente, se impone llamar a la policĂa.
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nUn desocupado y reconocido pintor recorre la campiña con su coche cuando descubre un aislado, silencioso y ascĂ©tico caserĂłn, un hotel edificado por un tal padre Gaetano en torno a una ermita, y decide hospedarse allĂ unos dĂas. Precisamente se albergan tambiĂ©n en el hotel, o se les espera en breve, un grupo de mujeres y algunos jerarcas de la polĂtica, de la industria, de la banca, la prensa y la Iglesia para meditar, a la manera de esos ejercicios espirituales a los que san Ignacio de Loyola definĂa como «el todo modo⊠para hallar la voluntad divina». Pero en ese ambiente pacĂfico se produce de pronto un asesinato: mientras rezan el rosario, un ex senador muere de un disparo. Evidentemente, se impone llamar a la policĂa.
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