Una conjura en hispania

Cuando el jefe de los servicios de espionaje de emperador Vespasiano sufre un atentado en las calles de Roma, Marco Didio Falco recibe el encargo de resolver el caso. Sus investigaciones le conducen hasta una sociedad de importadores de aceite de Hispania, y, siguiendo su rastro, se ve obligado a viajar a Corduba acompañado por su inseparable Helena Justina, embarazada de siete meses. Durante su breve estancia en la Bética, la pareja se ve involucrada en una oscura trama de intereses políticos y de prácticas monopolísticas por parte de un grupo de aceiteros que puede tener graves repercusiones en Roma. Para colmo de males, el retraso en la vuelta a casa hace que la fecha del nacimiento se eche encima de la atribulada pareja